jueves, 13 de septiembre de 2018

Expresión lingüística y corporal de la Ama

Es muy importante en las relaciones de pareja entre Ama y sumiso, la rectitud  y la expresión tanto lingüística como corporal de ella: una buena Ama debe estar convencida de que lo que ella manda o dice es lo mejor, no lo mejor para los demás, sino lo mejor para ella; para que ella se sienta segura y confiada debe de educar a su sumiso como ella quiere, sin seguir ningún patrón ni regla, y no debe preocuparse por si está bien o mal, el tema es que ella esté bien, para eso es importante, después de tener muy claro todo, saber expresarse bien cuando da una orden, para que el sumiso la ejecute con convicción.


Por ejemplo, la Ama no debe decir: "¿Cuándo vas a pintar el techo de la cocina, como ya hablamos?"; la orden bien dada sería: "Este fin de semana pintas el techo de la cocina": esto es una orden clara y directa, el sumiso no tiene opción y simplemente se limitará a decir: "Como quiera mi Ama, así será". La Ama no se puede parar a pensar cuándo le interesa al sumiso, ella quiere el techo pintado y no debe preguntar, sólo debe ordenar cuándo y cómo.

Cuando el sumiso desobedece una orden o hace algo que molesta a su Ama, tenga o no tenga ésta razón, la Ama no debe dudar en castigar inmediatamente. Por ejemplo, el sumiso ha tenido una actitud no deseada por la Ama ante una orden de ella, ésta, inmediatamente, llamará al sumiso, le dará unas buenas ostias y lo pondrá de rodillas pidiendo perdón el tiempo que ella crea oportuno, con esto demostrará, no sólo que ella manda, también demostrará que no le tiene miedo y que si alguien debe tener miedo es él a su reacción.

El tema de la expresión es muy importante. Figúrense un Ama diciendo: "Andrés, cuando puedas vienes y me comes la vulva", parece de risa ¿verdad? Lo suyo sería decir: "Perro, ven y cómete mi coño". Esto, aparte de demostrar quién manda, transmite seguridad al sumiso, que lamerá más excitado si cabe el coño hasta desgastarlo.


Cuando se insulta al sumiso debe de hacerse seriamente, no vale decir riendo: "Eres tonto, eres un payaso, no vales para nada, etc..." Se debe de insultar seriamente y sin risas para que el sumiso vea que es en serio. Las risas están bien para humillarlo, por ejemplo, cuando la Ama lo ve en bragas y le dice riendo: "Qué payaso eres, pareces un julandrón", o cuando hace alusión al tamaño de su miembro, soltando una carcajada y diciendo:"Anda, come el coño, que con esa mierda de polla, no me das más que risa, sólo sirves para comer coños, cabronazo de mierda".

Bueno, podría poner mil ejemplos más, pero creo que ya queda claro lo que quiero decir, la buena transmisión de las ordenes de la Ama es esencial para esta relación, así como la rectitud y el castigo al sumiso hasta que sea como ella quiere que sea.

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