Las bases fundamentales en una relación femdom son la confianza y el reconocimiento propio del rol a asumir en la pareja. No es fácil asumir lo que uno es en esta sociedad en la que todo lo que se sale de lo típico, de lo que no nos han hecho creer siempre que era lo normal está mal visto, pero una vez superado eso puedes llegar a descubrir placeres que no sabías que existían.
Cuando comienzas una relación de este tipo, casi todo está basado en lo que lees sobre estos temas, que es más bien escaso y poco serio. Yo he llegado a la simple conclusión de complacer a mi mujer sin más y las normas son las que ella dice, no nos dejamos llevar por ningún prototipo de relación, simplemente se hace lo que ella dice y nada más, aunque, por supuesto, a ella también le cuesta mostrarse como quiere ser y se plantea sus dudas.
En nuestro caso, en el tema sexo fui adaptándome poco a poco a sus gustos: a ella solamente le interesa llegar al orgasmo realizándole yo sexo oral mientras ella fantasea, curiosamente, con hombres dominantes que la someten; una vez que alcanza el orgasmo lo que quiere es descansar y no tener obligación de satisfacerme a mí. Simplemente dice: "satisfácete tú sólito, yo voy a dormir". Eso a ella le creaba la duda de si yo disfrutaba así, yo le expliqué que disfruto más que nadie, porque soy sumiso masoca y disfruto dando placer y que ella me desprecie. Lo mismo pasa cuando me muerde los pezones, práctica que le encanta y que también le costaba entender que me gustara, ahora ya sabe que me gusta el dolor que ella me causa y eso me lleva al orgasmo.
Lo que quiero decir es que cada pareja debe elegir su forma de vida y para eso lo principal es saber lo que uno quiere, yo he llegado a la conclusión de que me gusta que ella sea egoísta, dominante y sádica, disfruto con el dolor físico o mental que ella me impone, siendo totalmente dependiente de ella, sirviéndola y satisfaciéndola siempre, no hay más normas que lo que ella dice sin seguir ningún patrón, así soy feliz y ella también. En fin, es mi modesta reflexión, espero los comentarios sobre el tema.
Ofrecer tu sumisión a alguien requiere una extraordinaria cantidad de convicción, sin mencionar la valentía y la seguridad en tu pareja y en uno mismo.
lunes, 2 de septiembre de 2019
martes, 6 de agosto de 2019
El placer de ser humillado
La humillación es una de las parafilias más comunes en las relaciones de sumisión y esclavitud.
El gusto de un hombre por ser humillado por su mujer, puede ser, como casi todo en el mundo bdsm, una cosa puntual o una forma de vida natural.
En mi caso es una de las parafilias que más me satisfacen, mi placer sexual no se vincula a la cúpula, sino a la actitud que asume mi pareja en todo momento. Lo explico: a mí me produce más placer satisfacer a mi Ama que mi propio orgasmo, en realidad, para tener un verdadero orgasmo necesito ser utilizado y humillado por ella.
Es tan simple como que ella me diga: "Baja", "ya" y "hasta mañana". "Baja" es la orden de que quiere placer, yo bajo sin preliminares, ella alcanza el orgasmo como más le gusta, y cuando está satisfecha da la orden de "ya", yo paro, subo, y ella me dice "quiero dormir", que es la forma de humillarme como queriendo decir "lo has hecho bien, búscate la vida que yo ya tengo lo que quería".
Este ejemplo se puede aplicar a cualquier faceta de la vida, no solamente al tema sexual; es lo mismo cuando ella ordena que limpie la casa o que haga cualquier cosa que a ella le interese, porque en realidad mi sumisión no es sólo en el tema sexual, yo necesito servirla las 24 horas del día para ser feliz y espero que ella sienta lo mismo a la inversa.
El gusto de un hombre por ser humillado por su mujer, puede ser, como casi todo en el mundo bdsm, una cosa puntual o una forma de vida natural.
En mi caso es una de las parafilias que más me satisfacen, mi placer sexual no se vincula a la cúpula, sino a la actitud que asume mi pareja en todo momento. Lo explico: a mí me produce más placer satisfacer a mi Ama que mi propio orgasmo, en realidad, para tener un verdadero orgasmo necesito ser utilizado y humillado por ella.
Es tan simple como que ella me diga: "Baja", "ya" y "hasta mañana". "Baja" es la orden de que quiere placer, yo bajo sin preliminares, ella alcanza el orgasmo como más le gusta, y cuando está satisfecha da la orden de "ya", yo paro, subo, y ella me dice "quiero dormir", que es la forma de humillarme como queriendo decir "lo has hecho bien, búscate la vida que yo ya tengo lo que quería".
Este ejemplo se puede aplicar a cualquier faceta de la vida, no solamente al tema sexual; es lo mismo cuando ella ordena que limpie la casa o que haga cualquier cosa que a ella le interese, porque en realidad mi sumisión no es sólo en el tema sexual, yo necesito servirla las 24 horas del día para ser feliz y espero que ella sienta lo mismo a la inversa.
domingo, 6 de enero de 2019
La castidad
Puede que la castidad forzada sea una de las fantasías más recurrentes para los sumisos. Cualquier sumiso, y cualquier Ama que haya experimentado esta práctica, conoce cuales son los efectos de la castidad en un sumiso. Tras un período de castidad, el sumiso se vuelve más dócil, más complaciente, más dispuesto a aceptar el castigo y de someterse a sesiones más duras, pero sobre todo, y ahí está lo mejor de todo, el sumiso es más feliz.
Yo en realidad, más que de castidad forzada, prefiero hablar de ceder completamente el control de mi sexualidad a mi Ama. No se trata ya de estar largos periodos sin tener un orgasmo, sino también, de tenerlos solo cuando mi Ama quiera y como mi Ama quiera que los tenga. Se trata de ceder el poder, el control de tu persona a tu Ama. Y nada más personal, más íntimo, que cederle tu sexualidad completamente.
Hay una realidad incuestionable. La castidad aumenta el sentimiento de sumisión. Hay algunos sitios webs que tratan sobre esto, y afirman que, en realidad, se trata de producción de hormonas. La estimulación sexual estimula la producción de dopamina (la hormona del placer) y oxitocina (la hormona de la conexión y la unión). Por tanto, la castidad forzada produce una sobredosis de esas hormonas que hacen sentirnos más unidos a nuestra Ama y a experimentar un enorme placer con ello. El orgasmo, por el contrario, estimula la producción de prolactina (la hormona de la saciedad) que a su vez detiene la producción de las dos anteriores. Sus efectos duran de una a dos semanas.
Todos los que practicamos la castidad sabemos que después de eyacular nos volvemos más díscolos, más desobedientes, e incluso rechazamos el castigo. En mi caso, me convierto, como dice mi Ama, al menos por un tiempo, en un “hombrecito”.
La cesión del control de la sexualidad a tu Ama produce el efecto contrario. Tu placer ya no importa. Está fuera de tu alcance el conseguirlo. No depende de ti, sino de la voluntad de Ama. Ella será quien administre tu placer. Tu sexualidad depende única y exclusivamente de Ella. El condicionamiento de tu conducta es total. Pronto aprenderás a identificar placer con tan solo una cosa: la voluntad de tu Ama. En una segunda etapa, aprendes a disociar placer y orgasmo, y ya solo disfrutarás con ese estado de feliz devoción que va aumentando en ti día a día. Sinceramente, como sumiso, creo que es uno de los lazos más potentes que se pueden establecer entre Ama y sumiso.
No es algo que se consiga rápidamente. Lleva su tiempo. Pero si tu Ama tiene la paciencia de querer entrenarte y modelarte tendrás la mejor de las recompensas. Ya no serás un sumiso. Sino Su sumiso. Puede que dejes de disfrutar de tus orgasmos físicos. Reconozco que cada vez me interesan menos. Pero disfrutarás de saber que has complacido a tu Ama. Y ese orgasmo emocional, que a veces hará que te derrumbes llorando y te proporcionará no mariposas en el estómago, sino un zoológico entero, es muchísimo más potente que cualquier cosa que hayas sentido antes. Lo puedo asegurar.
Fuente de informacion: https://senorsumiso.wordpress.com/
Yo en realidad, más que de castidad forzada, prefiero hablar de ceder completamente el control de mi sexualidad a mi Ama. No se trata ya de estar largos periodos sin tener un orgasmo, sino también, de tenerlos solo cuando mi Ama quiera y como mi Ama quiera que los tenga. Se trata de ceder el poder, el control de tu persona a tu Ama. Y nada más personal, más íntimo, que cederle tu sexualidad completamente.
Hay una realidad incuestionable. La castidad aumenta el sentimiento de sumisión. Hay algunos sitios webs que tratan sobre esto, y afirman que, en realidad, se trata de producción de hormonas. La estimulación sexual estimula la producción de dopamina (la hormona del placer) y oxitocina (la hormona de la conexión y la unión). Por tanto, la castidad forzada produce una sobredosis de esas hormonas que hacen sentirnos más unidos a nuestra Ama y a experimentar un enorme placer con ello. El orgasmo, por el contrario, estimula la producción de prolactina (la hormona de la saciedad) que a su vez detiene la producción de las dos anteriores. Sus efectos duran de una a dos semanas.
Todos los que practicamos la castidad sabemos que después de eyacular nos volvemos más díscolos, más desobedientes, e incluso rechazamos el castigo. En mi caso, me convierto, como dice mi Ama, al menos por un tiempo, en un “hombrecito”.
La cesión del control de la sexualidad a tu Ama produce el efecto contrario. Tu placer ya no importa. Está fuera de tu alcance el conseguirlo. No depende de ti, sino de la voluntad de Ama. Ella será quien administre tu placer. Tu sexualidad depende única y exclusivamente de Ella. El condicionamiento de tu conducta es total. Pronto aprenderás a identificar placer con tan solo una cosa: la voluntad de tu Ama. En una segunda etapa, aprendes a disociar placer y orgasmo, y ya solo disfrutarás con ese estado de feliz devoción que va aumentando en ti día a día. Sinceramente, como sumiso, creo que es uno de los lazos más potentes que se pueden establecer entre Ama y sumiso.
No es algo que se consiga rápidamente. Lleva su tiempo. Pero si tu Ama tiene la paciencia de querer entrenarte y modelarte tendrás la mejor de las recompensas. Ya no serás un sumiso. Sino Su sumiso. Puede que dejes de disfrutar de tus orgasmos físicos. Reconozco que cada vez me interesan menos. Pero disfrutarás de saber que has complacido a tu Ama. Y ese orgasmo emocional, que a veces hará que te derrumbes llorando y te proporcionará no mariposas en el estómago, sino un zoológico entero, es muchísimo más potente que cualquier cosa que hayas sentido antes. Lo puedo asegurar.
Fuente de informacion: https://senorsumiso.wordpress.com/
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